Una vez fui tierra, nutriente.
Gracias a una semilla, pasé a ser vida.
Crecí y viví, hasta que cortaron el árbol del que formaba parte.
Con la madera del árbol, hicieron una caja.
Como caja, me usaron largo tiempo para transportar muchas cosas, hasta que me abandonaron a la intemperie.
Años después, alguien me encontró, y decidió hacer leña conmigo, y apilarme con más leña.
Un buen día, me metieron en un cubo y me pusieron al lado de la chimenea.
Y ayer, me arrojaron al fuego.
Hoy no soy más que cenizas, y me han esparcido en la base de un árbol para servirle de abono.
Por fin he vuelto a la tierra.
¡Por fin!
sábado, 10 de marzo de 2012
¡Por fin!
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Por fin has vuelto a la tierra...
ResponderEliminarpara poder continuar con el eterno ciclo de la vida...
No hay ningun por fin! nada se acaba, todo forma parte del eterno fluir, sin principio ni fin.
Si en esencia todo es lo mismo, como puede transformarse algo...?
Todo cambia... sin cambiar esencialmente
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